jueves, 17 de diciembre de 2009

Pasando las Horas

Para mi suerte no hubo turbulencias en el viaje, cada uno tenía su propio televisor en el asiento (sí, clase turista, si algo le pasa al avión da lo mismo en que lugar en el que este) y la espera en el aeropuerto pasó rápido, se puede decir que el viaje de ida (y el de vuelta a pesar de tener que levantarme a las 4 am) fueron perfectos.

Realmente no fue la primera vez que viajé sola, cuando tenía unos 12 años me fui a Cuenca sin ningún familiar a una competencia de natación, realmente no recuerdo como me sentí y ciertamente el viaje no fue en avión, supongo que me sentí nerviosa. La segunda vez que viajé sola fue a Punta Cana con mis compañeros del colegio, eso si fue en avión y las turbulencias terribles, viajé en Octubre y justamente en el año del huracán Katrina (2005) al ver por las ventanas sólo veía nubes negras y truenos, un clima realmente "encantador" para viajar.

Por último mi tercer viaje sola fue reciente con un grupo de compañeras de la Universidad para ir a un seminario de Periodismo en Chile (país que me gustó mucho y al que pienso regresar terminados mis estudios) fue un viaje muy interesante pero de eso hablaré después.


Algo que me sorprendió es que cada uno de los tres aeropuertos en los que estuve tenían cierta... particularidad, comencemos con el primero: Ecuador. Cuando llegué a migración la Srta. Policía que me atendió se estaba pintando las uñas, me pidió mis documentos, etc... todo en orden hasta que le pregunté a quien le tenía que entregar el pasaje electrónico, en ese momento levantó la cara y me miró fijamente, acto seguido me preguntó mi edad (¿qué eso no está en el pasaporte?) lo cual le respondí y ella volvió a su tarea mientras yo iba a la sala de espera.

Perú, eso fue realmene gracioso, se puede decir que me sentí como toda una criminal, ya que estaba armada con una mortal moneda de 50 centavos que se me olvidó sacar del bolsillo, faltó poco que me pusieran contra la pared y me esposaran, realmente no podía dejar de reirme de la ridícula situación. De regreso si me enojé, el guardia fue realmente grosero al pedirme que me saque el cinturón pero en fin... la ley es la ley.

El aeropuerto de Chile estaba bien (llegué a las 3 am y me fui a las 4 am) en las dos ocaciones estaba más dormida que despierta pero eso no me impidió escuchar lo que no podía ingresar al país desde que puse un pie fuera del avión. Francamente me sorprendió que al final nos dejaran pasar...

Fue una experiencia única el viajar sola, aprendí mucho, como por ejemplo no llevar monedas en el bolsillo y no llevar comida si viajo a Chile. A pesar de esto siguen sin agradarme muchos los aviones, pero en mi caso creo que eso ya es genético.

(en las fotos, Mónica Maruri decana de mi facultad, Sonia Yánez profesora encargada del grupo y Antonio Beltrá encargado del grupo).